Lo que deberíamos aprender con Fukushima y el futuro: "
Era por la tarde el sábado cuando ya estaba indignado por la terminología que empleaban los medios de comunicación al referirse al accidente que en aquellos momentos, recordemos, la situación era que los japoneses luchaban por reestablecer el sistema de refrigeración para evitar que se produjese una fusión del núcleo, se dañase la contención secundaria (edificio de contención) y hubiera escapes radioactivos.
En aquellas horas yo veía con cierto optimismo la situación: las barras de control habían funcionado, el principal sistema de seguridad había detenido la reacción en cadena y si bien había pérdidas en la refrigeración no parecía que fuera a ser muy difícil que los múltiples sistemas de seguridad de los que dispone un reactor tipo BWR pudieran eventualmente hacer su trabajo como es debido y la situación sería con mejor o peor fortuna, controlada.
A veces parecía como que a algunos opinólogos les fuera a salir espuma por la boca de la alegría si finalmente estallaba por los aires para poder decir ¡os lo dije! Sé que nadie lo querría en realidad, pero a juzgar por algunas palabras o conversaciones, daba la impresión contraria. Me indigné con que no se les sacara la palabra Chernóbyl de la boca, cosa en parte entendible, pero estaban comparando dos sucesos que no podían ser comparables. Algunas de las cosas ya las comenté en el post sobre el oportunismo catastrofista.
Parecía lógico ser optimista. No olvidemos que Japón sufrió el mayor terremoto de su historia reciente y un tsunami, y que “apenas” fallara una central era casi darse con un canto en los dientes. Con las horas ese optimismo lo he ido transformando primero en escepticismo, en cautela y ahora, no os lo voy a ocultar, en cierta preocupación.
Yo he partido de dos tesis para la “defensa” de mis opiniones al respecto. El primero, que la clave era evitar la fusión del núcleo y los daños estructurales en la contención secundaria especialmente. El segundo, que la principal baza a “nuestro” favor era el diseño del reactor, porque basándonos en el incidente de Three Mile Island parecía que la contaminación radioactiva debería quedar descartada.
En segundo lugar, creo que enfoqué el post sobre el oportunismo en el pilar equivocado: en realidad, la mayor diferencia entre Chernóbyl y esto, no es tanto una cuestión de diseño y de confianza en la contención secundaria y la integridad estructural de la vasija como de el modo en que se produjo cada uno de los accidentes.
Y quiero remarcar esto con toda la efusividad posible: el accidente de Fukushima no está siendo como Chernóbyl no gracias al diseño del contenedor (aquí fue donde me equivoqué) sino a que afortunadamente para todo el planeta las barras de control detuvieron la reacción en cadena y el reactor detuvo la fisión, quedando el calor latente debido a los subproductos de fisión. No olvidemos que el uranio se va fisionando en productos más pequeños, pero inestables, que a su vez se rompen en reacciones cada vez menos energéticas y dando productos de diversa vida media.
La cuestión central es esta: el reactor 4 de Chernóbyl estalló por una conjunción de errores llevados a cabo en un test de estrés de la central. Sí, los operarios la cagaron cuando temiendo que el reactor entrase en el >pozo de Yodo y dejaron únicamente 8 barras de control cuando el mínimo debía ser 30. El reactor salió del pozo con fuerzas renovadas, la reacción se descontroló y demás. Y otra cosa clave, el moderador que era grafito se sumió en un incendio que terminó por hacer saltar todo por los aires. Chernóbyl fue algo más que un núcleo expuesto al aire: fue un inmenso incendio radioactivo alimentado por los centenares de megawatts que seguía produciendo el combustible nuclear. Creo que no ha habido ningún ser humano que jamás haya luchado contra un infierno de semejantes proporciones.
Por suerte para los casi 7.000.000.000 de habitantes del planeta, los reactores de Fukushima estaban detenidos cuando sobrevino el problema de la refrigeración. Y aquí es donde debemos preguntarnos. ¿Por qué? ¿Por qué han fallado los sistemas de refrigeración? Vale, lo he dicho antes, tal vez porque convergieron dos de los desastres naturales más fuertes a los que nos podemos enfrentar. Pero aún así, pese a todo, debía haber funcionado. No olvidemos que esto es un reactor nuclear, no es un motor de un coche. Por si no visitásteis el enlace sobre los sistemas de seguridad os traigo aquí el gráfico de Wikimedia Commons que ilustra dicho artículo:
![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_tjHv_hZAXGKvOOmOjFoCIBMGDdg7m4xCVP5-cB1nQ1gVZ-lEOxduMGkl8GeejbgwoPb1uL_UyJkSk-LL3It5W7G6rknPZjkbBlHiRICfolSai943HSDYNWbYok=s0-d)
Disculpad si no os traduzco la infografía por completo, solo comentaré algunos de los subsistemas, el artículo de la Wikipedia merece ser leído detenidamente. Y si os parece que la Wikipedia es un sitio poco digno como referencia bibliográfica, podéis consultar el Power Plant Engineering.
Haré un breve resumen:
1.1 Reactor Protection System (RPS): este sistema entra en acción para detener de forma rápida y por completo el NSSS (Nuclear Steam Supply System) que es el sistema encargado de las bombas, la vasija a presión, el entramado de tuberías, etcétera si ocurre algo que pude llevar al reactor a operar en condiciones no seguras. El RPS puede además encender el ECCS (Emergency Core Cooling System) si se disparan algunas señales. Este sistema es autónomo.
1.2 Emergency Core Cooling System (ECCS): El ECCS responde a las averías cuando se producen. El ECCS son una serie de sistemas de seguridad interrelacionados diseñados para proteger la vasija a presión del combustible (núcleo) de sobrecalentamiento.
1.2.1 High Pressure Coolant Injection System (HPCI): Es la primera línea de defensa del ECCS. Está diseñado para inyectar cantidades enormes de agua en el reactor, puede soltar hasta 19.000 litros por minuto al núcleo a cualquier presión por encima de 6.8 atmósferas.
1.2.2 Reactor Core Isolation Cooling System< (RCIC): puede ayudar a refrigerar el reactor en caso de contingencia. Está pensado para eliminar el calor residual del reactor una vez se ha detenido. Puede inyectar hasta 2000 litros por minuto al núcleo para este propósito. Tarda 5 segundos en actuar desde que se recibe la señal.
1.2.3 Automatic Depressurization System (ADS): El ADS no forma parte del sistema de refrigeración pero trabaja conjuntamente con el ECCS. Está diseñado para activarse en el caso de que aumente la presión en el reactor, pero el nivel de agua no se puede mantener usando únicamente refrigeración a alta presión y también debe iniciarse la refrigeración a baja presión. Cuando se dispara, el ADS disminuye rápidamente la presión de la vasija a través de escapes de vapor llevándolo a operar por debajo de 32 atmósferas.
1.2.4 Low Pressure Core Spray System (LPCS): su misión es suprimir el vapor generado en una incidencia grave. Evita que la presión suba de 32 atmósferas, momento en el cual los sistemas LPCI y LPCS serían inútiles.
1.2.5 Low Pressure Coolant Injection System (LPCI): es la artillería pesada del ECCS. Puede ser operado a presiones por debajo de 32 atm. Consiste en 4 bombas que funcionan con motores diésel y que deben inyectar hasta 150.000 litros por minuto de agua en el núcleo. Este sistema debe llenar por completo de agua el recinto en caso de incidencia grave.
1.2.6 Depressurization Valve System (DPVS)/Passive Containment Cooling System (PCCS)/Gravity Driven Cooling System (GDCS): Este sistema controla que el núcleo esté sumergido en el agua.
Y si habéis leído hasta aquí y no conocíais los sistemas de seguridad pensaréis ¿y qué ha fallado? Pues básicamente todo, como podéis comprobar. Y ha ido fallando todo en todos los reactores que han ido teniendo problemas. Por suerte, los reactores 4 al 6 únicamente tenían el combustible gastado en las piscinas donde se guarda durante unos años antes de decidir si se re-enriquece o qué se hace con él.
Pero entre que los ingenieros japoneses se peleaban con el sistema de refrigeración han ido sucediéndose diversas explosiones debidas en su mayoría a la acumulación de hidrógeno, las barras de combustible e incluso las piscinas de algunos de los reactores se han visto sin agua en diversos momentos y esto ha ocasionado un recalentamiento brutal. Y en algún momento se han producido explosiones.
Ya desde el principio se inentaba evitar a toda costa que el combustible se fundiera, porque al fundirse se vuelve muy incontrolable además de que daña la integridad de todo el contenedor: vasija, contención primaria, contención secundaria y todo lo que se le ponga por delante a la lava radioactiva. Una fusión o “meltdown” es una situación de extrema gravedad y por eso todos los esfuerzos se volcaban por evitar eso, y por evitar que la contención secundaria (la última barrera anti radiación) se dañara.
Con el paso de las horas he leído mil veces que “podría” haber habido fusión del núcleo en algunos reactores. Muchos medios lo han puesto a la vez que adornaban con preciosos titulares tipo Apocalipsis nuclear, pánico nuclear, tsunami nuclear y cualquier palabra que permita que se te encoja el ojete acompañada de nuclear. Pero lo más que decían los japoneses era “podría ser”. Y es que estos tipos salían a sus ruedas de prensa a pedir disculpas, no a dar detalles. Y yo por ejemplo ante el tsunami informativo (lo siento, no podía resistirme) opté por aferrarme a los datos oficiales que fueran dando tanto el gobierno japonés, como la empresa TEPCO como el JAIF y tirar para adelante con el optimismo y la fe inquebrantable en que podíamos con esto.
Pero lo cierto es que se les fue de las manos desde el primer día. Y cada hora que pasa estoy más convencido de que no nos han dicho toda la verdad, de que el miedo o el interés o lo que sea les han llevado a subdimensionar las cosas y que probablemente queriendo evitar que se desatara el pánico han ido aprovechando la enorme suerte de que el reactor se parara y los niveles de radiación fueran bajos para intentar ver si por casualidad alguna de las opciones funcionaba.
Y no será porque no se haya intentado. Una vez fallaron los sistemas de refrigeración se comenzó con el agua marina, a sabiendas de que eso corroe y deja el reactor inutilizable. Esa fue quizás la primera señal de que se les estaba escurriendo la central entre los dedos. Y luego, las distintas ideas que surgieron sobre cómo meter venenos nucleares como el ácido bórico a fin de calmar aún más al reactor nos han llevado a que hoy por ejemplo se intentase hasta echar desde helicópteros el agua, cosa que la radiación no ha permitido.
Pero los franceses, que fueron tildados de exagerados e incluso de malas personas por dudar de un país sacudido por el terremoto, han acertado con una precisión que asusta. Y por desgracia, sus predicciones son muy negativas. Por otra parte, el que el primer ministro saliera a tirar de las orejas a TEPCO por no informar a su debido tiempo indica que muy probablemente la gestión del desastre no esté siendo la más adecuada. Y más, teniendo en cuenta que no es la primera vez que se cuestiona la seguridad nuclear en Japón.
No puedo decir qué pueda pasar porque no creo que haya ser humano que pueda decirnos qué va a ser de Fukushima mañana o esta noche. Lo que sí quiero compartir con vosotros son algunas lecciones que he ido aprendiendo y que tal vez nos puedan servir a todos.
1) Por suerte para todos, las barras de control funcionaron y por muy mal que evolucione el problema no tendrán que enfrentarse a un infierno como Chernóbyl. Espero y deseo que este desastre no llegue a alcanzar el nivel 7 en la escala INES. Dentro de todo lo malo, la parte buena es que la radiación que ha ido escapando es muy poca y debida a subproductos de fisión. Se descarta un escenario tipo Chernóbyl.
2) No podemos fiarnos de los medios de comunicación en general. Y me diréis ¡oh, capitán obvio! Y sí, tenéis razón. Es una obviedad. Pero se ha vuelto a demostrar que muy pocos medios de comunicación merecen ser considerados como eso y no como agitadores y generadores de ruido. La información hoy nos acaba llegando por otras vías, por gente, por sus ojos, por sus testimonios, y tenemos que aprender a vivir bajo esa lluvia de información y olvidarnos de los intereses mediáticos. La información caduca tan rápido que lo que ahora es cierto no lo es en media hora. Y esto ha hecho que la difusión de la información sea tan confusa, frenética y contradictoria que sea casi imposible hacer un análisis de la situación medianamente digno.
3) En medio de esta vorágine no vale cualquier interlocutor. Hay intereses ocultos tratando de arrastrarnos a polos opuestos y que la gente entre en un debate pasional hasta el extremo de perder los estribos y sostener auténticas barbaridades solo porque toca decirlas o porque hay que decir cualquier cosa por exigencias de la inmediatez. Se debe desconfiar del que lo pinta todo muy bonito y del que pretende que cunda el pánico. Ante la duda y ante el desconocimiento el escepticismo suele funcionar muy bien. No sea que nos dejemos llevar por pasiones indebidas y acabemos opinando de algo que es demasiado grande para abarcarlo en su totalidad.
4) Este suceso debe marcar un antes y un después y hacer que las centrales de fisión que vayan a seguir funcionado garanticen del modo en que sea necesario que no van a verse privadas de los sistemas vitales, como ha ocurrido aquí. No nos dejemos llevar por los intereses políticos que pagan los lobbies de uno u otro bando. No olvidemos que Chernóbyl ocurrió porque a los soviéticos les dió por hacer un test de estrés sin tener ni puta idea de las consecuencias. Así que pidamos una precaución extra y no dejemos que lo inmediato que es el clamor electoral de la gente que pide centrales más seguras o la desaparición de estas no permita ver con la perspectiva adecuada la creación de nuevos protocolos de seguridad y la corrección en los diseños que sea necesario.
5) Creo debería ser obligado abrir otro debate paralelo en cuanto al tratamiento de la información. Porque ya está bien. Hay que sacarle los colores a los “mass media” y no permitirles que sigan frivolizando como muchos hacen con tragedias de estas dimensiones únicamente para conseguir titulares impactantes o manipular la verdad porque nos guste o no el negocio del morbo va en alza pero debemos ser responsables y echarles el freno desde la ética profesional que supuestamente atesoran o, que al menos, se les llena la boca de ella cuando alguien ataca su profesión. Gran parte del ruido y la mentira ha venido de la mano de los “mass media” y esto, para mí, es absolutamente imperdonable. Ojo, creo que también los que publicamos opiniones debemos hacer autocrítica (y considero como tal este post) y comedirnos a la hora de aventurarnos a juzgar las diversas situaciones ante la falta de perspectiva que otorga el tiempo.
Y sobre este quinto punto, recordar esa frase que ha estado circulando estos días por Twitter:
Si los españoles hablásemos sólo de lo que sabemos, se generaría un inmenso silencio,que podríamos aprovechar para el estudio – Manuel Azaña
No me atrevo a decir “va a pasar esto, va a pasar esto otro” porque sería irresponsable e incoherente y además no soy quién para hacerlo. Lo que sí sé, es que a estas horas (casi las 20.00 ya) del día 16 de marzo de 2011 la ingeniería nuclear va perdiendo. Pero aún quedan esperanzas. Y yo que soy de ver el vaso lleno, aunque sea de aire, quiero ser optimista y pensar que todo esto quedará en un inmenso susto que deberá traer graves consecuencias para todos, pero desde luego no para los civiles ni los pobres trabajadores que están -me atrevería a decir- dando la vida por sus vecinos.
Y desde el infinito amor y respeto que siento por el país del Sol Naciente solo les puedo desear que sigan luchando y no se rindan. No podemos olvidar la catástrofe de grandes dimensiones que han sufrido y que les tiene puesto el pie en la garganta. No podemos dejarlos tirados. Por eso, porque hay gente que está viviendo ahora en un terror constante por los temblores que van y vienen, porque hay pueblos y ciudades que han desaparecido y porque nosotros estamos aquí, a decenas de miles de kilómetros, siendo espectadores de una realidad que por desgracia es real, os pido que os unais a la iniciativa:
#10minforJapan http://savethechildren.es/japon #TsunamiJapan y que decidáis donarles algo. No cuesta nada, y es un bonito gesto. Invitarles a un “trago”, renunciar a un par de copas y ayudarles ahora que las están pasando muy putas.
Esta iniciativa la ví en 10 minutos de tu Twitter para Japón.
![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vJKWhiUkBUXjhtnJKvyODH4gblDIWiG0Sfj_SIj-hqlV7IxeNHsPLSE6SF6qg1BjTVTJmt5GRmPJ9isQEuvekMxybJ_NlLzetf_aUNalsNZ1_srNzl_P8aE2s=s0-d)
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