martes, 19 de febrero de 2013

La peineta

La peineta:

No queda del todo claro, algunos historiadores se lo atribuyen a Calígula, que dicho de paso era malo como un demonio. Dicen que utilizaba este gesto para humillar a sus súbditos, en particular al tributo Casio Querea, al que trataba de afeminado.

Otras fuentes aseguran que en la antigua Grecia se usaba para alejar el mal de ojo. Explicación asociada al gesto que hace el órgano sexual masculino y al que se le atribuía la capacidad de apartar las maldiciones. Efectivamente, eso debió ser en otra época. 

Por último, hay quien comenta que su origen se remonta a la Guerra de los Cien Años y que enfrentó a Francia e Inglaterra entre 1337 y 1453. Los primeros tenían el propósito de cortar el dedo corazón a todo aquel arquero inglés que lograran capturar  para que, de este modo,  no pudieran volver a lanzar flechas. Cuando el paso de los años empezó a decantar la batalla a favor de los ingleses, estos mostraban el dedo a sus adversarios en señal de mofa. 

Sea como fuere, cualquiera de los tres supuestos son lo suficientemente ilustrativos. Si buscamos un paralelismo entre ellos y Bárcenas puede resultar algo así: la primera hipótesis refleja el deprecio que el ínclito siente hacia los que allí estaban, circunstancia que se puede hacer extensiva a todo aquel al que su conducta le parezca repugnante.  

La segunda conjetura nos lleva a pensar que es una persona muy supersticiosa y simplemente pretende alejar el mal de ojo. Seguramente echado por alguna gitana del Retiro a la que no dejó que le leyera la mano. Por eso se levanta siempre con el pie derecho, nunca pasa por debajo de una escalera, toca madera cuando se le cruza un gato negro y al pasar la sal siempre la deja sobre la mesa. 

Por último, significa un gesto de burla. Todos pensábamos que en lugar de ir a esquiar a Canadá a estas alturas del cuento ya estaría en el trullo. No sé si la “guerra” durará 116 años, lo que parece claro es que está seguro de ganarla. Aunque espero que tenga algún ancestro francés.

Para que luego digan que estudiar historia no sirve para nada.

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