Será necesario invertir billions en agricultura y distribución de alimentos en todo el mundo los próximos años si queremos evitar la hambruna, afirma un grupo de expertos científicos mundiales.
Si la inversión se dirige hacia formas más sostenibles de cultivar la tierra, la nueva agricultura podría convertirse en un aliado para luchar contra el cambio climático. Los cultivos y el suelo se convertirían en sumideros de CO2, en lugar de seguir siendo una importante causa de su emisión.
La agricultura ha sido la gran ausente en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, pero si los políticos persisten en olvidarse del tema, millones de personas pasarán hambre, según un informe publicado ayer [pdf], justo antes de la celebración de la siguiente ronda de negociaciones en Sudáfrica, a finales de este mismo mes.
Esas inversiones deberían focalizarse en las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático, que suelen ser también las que más riesgo de escasez de alimentos presentan.
Otro factor importante para garantizar la seguridad alimentaria que apunta el informe, es la reducción de los desperdicios y la mejora de los sistemas de distribución de los alimentos. Casi la mitad de la comida que se produce se convierte en basura antes de llegar al mercado. En algunos países en desarrollo la causa es la falta de infraestructuras, como sistemas de refrigeración o redes de transporte eficaces.
La basura no sólo es un problema de los países en desarrollo, la comida barata en el mundo desarrollado ha propiciado una cultura del despilfarro responsable de que miles de millones de toneladas vayan a la basura cada año. En el Reino Unido, ha disminuido un 13% la semana pasada, aunque aún queda mucho por hacer. Un grupo de activistas está preparando un evento mañana en Londres para alimentar a 5.000 personas sólo con la comida que se tira diariamente en los comercios británicos.
Los científicos también hacen un llamamiento al cambio en nuestros patrones de consumo “que aseguren las necesidades nutricionales básicas, y fomenten hábitos más saludables y sostenibles en el mundo entero”. Cada vez se destinen más alimentos a alimentar al ganado, porque cada vez hay más gente que come carne.
En Durban se hablará poco de agricultura, me temo. Los países parecen más interesados en saber cómo dirigir los flujos financieros entre países ricos y países pobres, que ayuden a rebajar el nivel de emisiones y sirvan para paliar los efectos del cambio climático.
Vía :: The Guardian
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