PAULA ARENAS
- A punto de morir el todavía presente 2010, hemos preguntado a diez escritores cuál es la mejor obra que se ha publicado durante los últimos doce meses.
- 'Verano', de J. M. Coetzee, ha sido la ganadora.
La última novela del Premio Nobel J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) ha sido la única en la que varios de los escritores a los que hemos entrevistado en busca de la obra del año han coincido: Puértolas, Guelbenzu, Julia Navarro y Menéndez Salmón. Y no hay más puntos de unión: quedan desiertos el segundo y tercer puesto.
Una obra, la elegida como libro del año, en la que el autor escribe el cierre a su serie de memorias noveladas (iniciada con Infancia y continuada con Juventud). Y lo hace desde su fingida propia muerte. El inteligente Coetzee logra una seudoficción perfecta con un punto de partida que lo cambia todo: un fallecimiento que no ha sucedido y que le permite echar la vista atrás con una apabullante maestría.
Justo en el otro lado, a la cola de esta búsqueda, encontramos lo previsto: la hermana, hija o tal vez madre pobre de la literatura, la poesía. Sólo Rivas y Peri Rossi la han recordado, a través de Ted Hugues y Basilio Sánchez. El relato ha corrido mejor fortuna, pero aún queda camino para que estos dos géneros alcancen a la que sigue siendo absoluta reina, la novela.
Diez escritores eligen la mejor obra de 2010
Soledad Puértolas. La académica y escritora se decanta, una vez dejado claro que lo último que quiere es sentar cátedra, por la última obra de J. M. Coetzee, Verano (Mondadori), y Los infinitos, de John Banville. Elecciones de autores extranjeros que Puértolas aclara: "He leído poco de españoles este año…, pero no significa nada. Es cuestión de rachas, casualidades..."
Manuel Rivas. El novelista se queda con la poesía y el relato, destacando como libros del año Brillan monedas oxidadas, de J. E. Zúñiga, y El azor en el páramo (Galaxia), y (Bartleby), de Hugues. La primera, "porque tienes, al leerlo, la sensación de que aún hay espacio no corroído por la sociedad y el capitalismo". La segunda, "porque la poesía te sirve para atravesar la línea de lo irreversible".
Cristina Peri Rossi. Embarcada en la redacción de una nueva novela, Peri Rossi huye de este género al elegir obra del año. En primer lugar, Diario de un escritor (Páginas de Espuma), de Fiodor M. Dostoievski, "por su capacidad de análisis de la angustia"; después, Niña errante (Lumen), cartas de amor de Gabriela Mistral; por último, la recreación del Madrid de los ochenta de Malditos (Bruguera), de Villena.
R. M. Salmón. Autor de El corrector, Menéndez Salmón coincide en su primera elección con algunos de sus colegas y le da a Verano, de Coetzee, el primer puesto. Después, y en este orden, La vida entera (Lumen), de David Grossman; Olive Kitteridge (El Aleph), de Elizabeth Strout; Necrópolis (Anagrama), de Boris Pahor; y Suicidio (451 Editores), de Édouard Levé.
Julia Navarro. Su novela Dime quién soy ha sido una de las cinco más vendidas, pero para ella los libros del año no tienen que ver con su pluma: "Sobre todo destaco Verano, de Coetzee, pero también me ha encantado Nadie acabará con los libros (Lumen), de Umberto Eco y J. C. Carriere". Y sigue citando obras esta lectora compulsiva hasta que cae: "Y no podemos olvidar a Vargas Llosa, El sueño del celta (Alfaguara)".
J. M.ª Guelbenzu. A un clásico de la literatura china acude el autor de El cadáver arrepentido cuando señala como libro del año Sueño del pabellón rojo (Galaxia) de Cao Xuequin. La razón: "Es un acontecimiento cultural; equivale al hecho de que se tradujera por primera vez el Quijote al chino". Pero hay matiz: "Como es de lentísima lectura me decido por Verano, de Coetzee".
Cristina Cerrada. Con una sola obra es capaz de quedarse esta reconocida cuentista: Punto Omega (Seix Barral), de Don DeLillo. "Como siempre, me parece que volvió a impresionar con esta obra, otra vuelta de tuerca más a la oxidada maquinaria de la cultura occidental, a sus mitos ya clásicos", nos dice Cerrada, que concluye: "Y con una prosa acerada y eficaz, despojada de adornos inútiles".
Lorenzo Silva. Apenas necesita unos segundos para decidirlo: El invierno de Frankie Machine, de Don Winslow, es su libro del año, "pese a que se ha considerado un poco menor en comparación con el anterior El poder del perro". Onetti se lleva también un buen puesto en el top ten de Silva, que se queda con las Novelas de Santa María (RBA) del autor uruguayo, que reúne La vida breve, El astillero y Juntacadáveres.
Carmen Posadas. Ha sido un auténtico bombazo y quizá en parte por el argumento que da la autora de la recién publicada Invitación a un asesinato (Planeta) cuando elige El tiempo entre costuras, de María Dueñas. Aunque publicado por primera vez en 2009, Posadas lo destaca como libro del año 2010 porque es "una buena combinación entre un libro popular y uno bueno".
Julia Otxoa. Es una de las mejores cultivadoras del microrrelato y se le nota en su primera elección: El microrrelato español. Una estética de la elipsis (Menoscuarto), de Irene Andres-Suárez. Pasa rápidamente a la poesía, otro de los géneros que mejor escribe la autora de Poemas de un ratón, para señalar Los bosques de la mirada (Calambur ), de Basilio Sánchez.
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