martes, 7 de agosto de 2012

El tren es un bien social

El tren es un bien social:
Hace unas semanas, Ana Pastor, ministra de Fomento, anunciaba la supresión de líneas de tren de media distancia por no ser rentables ni económica ni socialmente. Si la ministra fuese consecuente con lo que dice, el corredor navarro de alta velocidad no se hubiese aprobado. Si esta señora se hubiese leído el informe de la Fundación Sustrai sobre Rentabilidad socioeconómica del TAV (tren de alta velocidad) en Navarra, sabría que, según indican los profesores universitarios David Hoyos, Roberto Bermejo y Alejo Etchart, el TAV es sinónimo de derroche, déficit y deuda. El TAV, destinado en gran medida a ejecutivos, banqueros y políticos, solamente responde a motivaciones políticas e intereses económicos, no al interés de la población navarra. Qué casualidad que cuando desde el Gobierno se asume que existe un gran déficit económico debido a la irracional política en materia de infraestructuras, el siguiente tijeretazo vaya a recaer en un servicio tan básico como es el tren convencional, sin olvidar las pérdidas de empleos en el sector ferroviario que conlleva.
En la práctica, la ministra del PP lo que pretende con esta medida es asestar un hachazo más en un servicio esencial como es el transporte ferroviario, que va a pasar a ser privatizado casi en su totalidad. Hace unas décadas, el tren tenía un componente de servicio público y un marcado carácter social. El tren paraba en los pueblos y transportaba a los currelas, vecinos, amas de casa, jubilados y estudiantes a sus destinos habituales. Hoy día, con el progresivo cierre de líneas regionales, esta función se deja de lado. Por cierto, el TAV no para ni en los pueblos ni en las comarcas, así que los vecinos de muchas poblaciones navarras solamente lo van a ver pasar.— Javier Castejón Iriarte.

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