lunes, 1 de octubre de 2012

Puesta en escena

(Parece una carta con una opinión prudente, pero va en contra del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Los Estados han proyectado el miedo para que dejemos de organizarnos en "pequeñas sociedades" que puedan gestionarse mejor. El origen de los estados es sangriento históricamente y su lógica es la de la guerra y la defensa, al servicio de una oligarquía. El origen de los países es la cultura y la organización de unos modos de vida. El estado es represor, la sociedad es convivencia libre. La política al servicio del Estado es perversa, la política al servicio de la sociedad es diálogo. A veces las mejores intenciones provocan los mayores males. No tiene la culpa el caballero de pensar así, porque tiene lavado el cerebro, como la mayoría que piensa que los Estados son necesarios. Sólo son necesarias las personas y la democracia se basa en la libertad de las personas. En cualquier momento, por las razones que sean, que se coarta la libertad, la democracia deja de funcionar)
Puesta en escena:
Realmente debo felicitar al Govern de la Generalitat por la magnífica puesta en escena soberanista que lleva protagonizando desde hace unas semanas y que ha logrado priorizar el objetivo de los catalanes hacia el futuro de Cataluña como nación, que sueñan con un Estado propio.
Después de escuchar las fórmulas de soberanía, como que no es necesario que sea una república (lo que da a entender que el mismo Rey de España podría ser jefe del nuevo Estado, como Canadá y la reina Isabel II), o un Estado Libre Asociado (como Puerto Rico y Estados Unidos), son encajes de bolillos tan innecesarios como absurdos.
Es la táctica de desviar la atención de los temas realmente importantes: degradación del Estado de bienestar, pérdida de calidad de vida, crisis, desempleo, sanidad y educación mermadas, sueldos paupérrimos y condiciones laborales más propios del norte de África que de Europa.
Cataluña fue pionera de los recortes y medidas unilaterales absolutamente impresentables, fuimos el campo de pruebas y precedente de lo que se iba a cocer en el resto de España y aunque nos llamemos Puig, González o Zumalacárregui, debemos mantener la cabeza fría y valorar qué nos jugamos realmente si CiU obtiene una mayoría absoluta, que es el único propósito de toda esta movida para las próximas elecciones del 25-N. Ellos juegan con el corazón, pero auguro que el resultado final no será tan idílico como sueña ese millón y medio que salió a la calle el 11-S y desembocará en una frustración popular realmente apoteósica e imprevisible. Así que menos banderas (española incluida), menos fronteras y más sentido común, por el bien de nuestros hijos.— Jerónimo da Silva Matz.

No hay comentarios: