Cameron y la multiculturalidad
JOSÉ ROSIÑOL LORENZO - Sant Cugat del Vallès, Barcelona - 08/02/2011
¿Por qué el conservadurismo europeo recurre al miedo para explicar el fin de las políticas multiculturales? Azuzar los miedos de la gente para justificar las más variopintas políticas parece ser un rasgo característico de la política conservadora del nuevo siglo.
Sin embargo, en este caso, magnificar el peligro del extremismo islámico para acabar con las políticas multiculturales podría ser una cortina de humo que esconde la vuelta de la derecha europea, surgida de las ruinas del neoliberalismo radical, a un tradicionalismo nacionalista que hace hincapié en "identidades nacionales" disfrazadas de derechos humanos paradójicamente universales, estas políticas solo buscarían una quimérica homogeneización cultural para hacer frente a la compleja gestión de la globalización y la inherente diversidad cultural de nuestras sociedades, recetas uniformizadoras que solo servirán para agudizar las diferencias, ahora oficiales e institucionalizadas, entre "buenos" y "malos" británicos (o alemanes, o franceses, Europa desaparece en este tipo de discursos...) aumentando así el malestar y la distancia que sienten muchos de los hijos de los hijos de inmigrantes frente a un Estado que pretende decir cómo deben sentir su propia identidad.
Frente a este tipo de políticas, que parecen más pensadas para articular naciones y nacionalismos decimonónicos que para el nuevo milenio, deberíamos entender que los Estados no deberían intentar imponer ningún tipo de identidad; que su obligación es velar por la libertad del individuo; que la pluralidad y diversidad cultural son rasgos propios de las democracias; y, en fin, que la existencia de aquello extraño, diferente o extravagante es síntoma de una buena salud democrática y no de lo contrario.
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