La tecnología ha mejorado notablemente nuestras vidas, no sólo haciendo que todo sea más rápido o conveniente. Ahora estamos mejor conectados e informados. La tecnología ha hecho posible que viajemos por el globo o nos adentremos en los misterios de la naturaleza desde nuestra habitación, los teléfonos nos ayudan en las decisiones de compra y el software hace que seamos cada vez más eficientes en el consumo de energía.
Probablemente el avance tecnologíco que más ha ayudado a que consumamos menos es la digitalización de gran parte de nuestras vidas. Piensa en todas las cosas físicas que has sustituido por versiones digitales de las mismas: música, libros, películas, listines de teléfonos, fotos, cartas, mapas, enciclopedias,…
Aunque las versiones físicas de todas esas cosas siguen existiendo, preferimos las digitales.
Cuando remplazamos todo eso por su versión digital, consumimos mucho menos de todo. Menos recursos materiales y menos energía para fabricarlos y transportarlos. Cuando usamos el ordenador o el smartphone para escuchar música, no necesitamos ni el CD, ni la caja del CD, ni el libreto. Cuando leemos un libro electrónico, no hace falta ni la pulpa de papel, ni la energía para imprimirlo o transportarlo hasta la librería. Con toda tu música almacenada en el teléfono, o con acceso instantáneo a una ilimitada cantidad de conocimiento mediante una consulta en Google, tu huella ecológica es mucho menor que si hubieras consumido la misma música con soporte físico o comprado el equivalente en libros.
Otro ejemplo de como la tecnología nos hace consumir menos, es la consolidación de todas tus cosas en un único dispositivo. Esto ha venido produciéndose en los últimos años con los smartphones y las tabletas. Los teléfonos son ahora, además, reproductores multimedia, cámaras de fotos, brújulas, GPS, escáner QR, despertadores,… La lista seguirá aumentando y haciendo que cada vez más gente se plantee remplazar sus ordenadores domésticos por tabletas.
Vía :: Treehugger
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