Un acuerdo global por los bosques:
Solo una mente enferma puede preferir un país quemado, y, aunque el fuego sea inseparable a los ecosistemas forestales, es evidente que es necesario controlar su extensión, frecuencia e intensidad. Ahora que han llegado las lluvias, además de pedir responsabilidades por este verano aciago, se deben adoptar soluciones.
Se propone un gran acuerdo global, basado en la mejor ciencia disponible, de sociedad civil, partidos, ONGs, sindicatos y gobernantes. Aparte del código penal, que deberá ser calibrado, serán necesarias soluciones muy diversas. Aprendamos de sistemas de manejo sostenible de amplias zonas. En Soria, Teruel, Guadalajara hay propiedad comunal y la población se beneficia de los bosques. En el Norte de Marruecos, con ecosistemas similares, existe equilibrio entre gestión forestal y ganadera. No se producen estos grandes incendios.
Introduzcamos ganadería extensiva. Hagamos mosaicos agrícolas y forestales. Plantemos robles, quejigos y encinas entre los pinos. Controlemos matorrales. Recojamos la leña. Eliminemos eucaliptos y otras especies pirófitas. Distingamos entre cultivos forestales y bosques. Gestionemos los espacios protegidos. Extendamos la custodia del territorio, pago por servicios ambientales y gobernanza. Es posible imaginar dehesas, grandes y maduros robledales, quejigales, melojares, encinares y pinares con incendios en parámetros razonables. Impliquemos a los habitantes forestales y tendremos soluciones baratas y sostenibles a largo plazo.— Fernando Prieto. Ecólogo.
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