Hace algunos días terminé con éxito la odisea de escribir un libro electrónico. La criatura se llama Cuando la criptografía falla, está en la tienda de Amazon y espero que lo compréis todos a granel. Con ello, he cumplido una de esas tres cosas que los listillos dicen que todo hombre debe conseguir. También tengo el reglamentario hijo, y en cuanto a lo de plantar un árbol, a ver si me convalidan uno de mis niños.
Una de las cosas que me he dado cuenta es lo fácil que resulta convertirte en tu propio editor de libros electrónicos. Eso va a resultarnos especialmente útil en Naukas, donde sospecho que la mitad de los colaboradores están escribiendo su libro (algunos ya lo han publicado y todo). Así que pensé: ¿y si aprovecho el esfuerzo que ya he hecho y lo comparto? Y ni corto ni perezoso, mi vocación de servicio público se ha impuesto de nuevo. Señoras, señores: he aquí mi guía sobre cómo escribir y publicar un libro electrónico.
Comencemos por lo básico: escribir el libro. Básicamente consiste en tener una idea, desarrollarla, escribirla en formato Word (por ejemplo) y listo. No le voy a decir cómo hacerlo, ni a darle técnicas de escritura, que en esto cada maestrillo tiene su librillo.
Ahora viene la parte difícil, la de publicar. Hasta ahora, el escritor tenía que deambular de una editorial a otra, rogando por que le hiciesen caso. Las editoriales son las que mueven millones, ponen los libros en las estanterías y convierten a un escritor en estrella; o al menos, esa es la imagen que proyectan. El resultado es que, aunque la editorial vive del trabajo ajeno, son los creadores los que toman la posición de suplicantes. Cuando una editorial tiene a bien rebajarse a hacerte caso, acabarás con un contrato por el cual puedes, con suerte, recibir el 8% del precio de venta del libro. Ahora, siéntese a esperar a que te paguen, y rece por que la editorial no le time, o entre en concurso de acreedores, que de todo hay; o puede que se gaste usted el dinero del anticipo, las ventas no cumplan las expectativas y acabe debiendo dinero al editor. Incluso en el mejor de los casos, dependerá de que alguien haga los números y decida qué va a cobrar y cuándo.
Pero el libro electrónico está cambiando todo el panorama. En lo que sigue, voy a hablar de la plataforma Amazon, que es la que conozco. Esta empresa está vendiendo montones de lectores de libros prácticamente al coste, con el objetivo de crear una base amplia de clientes que compren sus libros electrónicos. Es, por tanto, interesante para ellos contar con un amplio catálogo. Han digitalizado montones de libros en dominio público, y para captar material han montado un programa para que cualquiera pueda publicar con ellos.
En realidad, Amazon viene a actuar más como librero que como editorial. El escritor es quien hace todo el trabajo: decide qué escribe, qué precio le pone al libro, qué portada tendrá, corrige las pruebas, lo hace prácticamente todo. Amazon revisa el libro (sospecho que para asegurarse de que no le estén colando un libro de otro autor) y lo pone en su catálogo. Y aquí viene lo mejor del asunto: el reparto económico es de 30% para Amazon y 70% para el escritor. ¿Se da cuenta? Un setenta por ciento. Gana uno más con un libro electrónico que con diez libros en papel. De ese modo, el escritor puede poner un precio más bajo, ganar bastante más que con un libro de papel, Amazon se lleva su parte y todos contentos. Por supuesto, no van a hacerte promoción de tu libro, pero sospecho que, a menos que sea usted un Pérez Reverte, la editorial tradicional no va a hacer mucho más que poner los libros en las estanterías e incluirte en el catálogo.
El programa de Amazon para escritores se llama KDP (Kindle Direct Publishing). Para acceder a él, lo primero que tiene que hacer es crearse una cuenta. Correo electrónico, contraseña, nombre. Cuando entre en su cuenta, tendrá que rellenar algunos datos adicionales, como dirección y número de cuenta (para el pago de tus royalties). Por lo general, podrá cobrar cuando sus derechos superen la cantidad de diez euros. Puede elegir entre cheque o transferencia a cuenta corriente. Pero no vendamos la piel del oso tan pronto.
Vamos al libro en sí. En KDP tienen un montón de información al respecto, cubriendo prácticamente todas las dudas; es evidente que quieren animarle a escribir. Aunque le recomiendo que se lo lea todo, creo que lo que busca aquí es experiencia de usuario, así que eso es lo que le voy a proporcionar. En primer lugar, el libro en sí. Aunque se aceptan diversos formatos (Word, mobi, ePub, txt, pdf), yo he encontrado particularmente cómodo el formato html. Lo que hice fue escribir el libro en Word y luego guardarlo en el formato llamado “página web, filtrada.”`No me pregunten qué diferencia hay entre una página filtrada y una sin filtrar, porque no tengo ni idea.
Hay algo que tiene que tener muy en cuenta: el formato del libro final será muy distinto a su original. Cosas como números de página, tamaño de fuente o márgenes no se respetarán en la conversión a mobi (el formato que usan los libros de los ebooks de Amazon). En cierto modo, sí importa el tamaño de fuente, pero no el absoluto sino el relativo. Por ejemplo, si usted usa un tamaño mayor para el título del capítulo que para el contenido, ese mayor tamaño se reflejará también en el formato final. Sí respeta estilos como sangría, negrilla o cursiva. Y antes de que me pregunten, sí, hay opciones para Mac, pero no voy a hablar de ellas porque no las conozco. En cuanto a OpenOffice, tampoco lo he usado.
Después, vienen las imágenes. He visto libros electrónicos con imágenes en el interior, pero hay que tener cuidado, porque no siempre aparecen donde deberían. Una página en Word (por ejemplo) es mucho más grande que lo que aparece en la pantalla del Kindle, así que puede que la imagen se desplace arriba o abajo. Nuevamente, mi experiencia en este punto es cero, así que le animo a que haga pruebas usted. Por lo que valga, mi último libro no tiene ni una imagen. Tenga en cuenta que el libro electrónico es un formato pequeño, así que las ilustraciones lucirán algo menos que en uno de papel.
En cualquier caso, los formatos admitidos son JPG y TIFF. Aunque no utilice ilustraciones en el interior, sí es conveniente diseñar una portada atractiva. Tampoco es necesario echar el resto aquí, limítese a hacer algo agradable que la gente quiera ver. Si lo hace en color, recuerde que muchos ebooks solamente trabajan el blanco y negro. Las dimensiones son variables, pero se recomienda la de 1000 píxeles de ancho y 2500 de alto; puede utilizar otras, pero recuerde mantener una proporción ancho: alto de 1:1.6
El siguiente paso es una Tabla de Contenido Activa, una especie de índice para el libro. Hay indicaciones sobre cómo crearla en Word, pero la verdad, he encontrado más fácil hacérmela yo mismo mediante la simple opción de insertar marcadores. Con los marcadores se pueden también enlazar hipervínculos de Internet, de forma que haciendo clic en la referencia adecuada el lector de libros te lleva directamente a la dirección web que quieras. Lo he usado yo un montón, y es una gran ventaja respecto a los libros tradicionales en papel.
Otro “truco” que puedes aprovechar es que el lector de libros de Amazon puede descargarse el 10% de su libro y leerlo por el morro. Como lector me parece una idea excelente, porque así puedo decidir si el libro me va a gustar, y si no cumple mis expectativas, borro ese 10% y listo. Como autor, aproveche esa oportunidad para enganchar al lector. No me refiero, por supuesto, a intentar timarle con un 10% interesante y un 90% aburrido y de relleno. Se trata de convencer al lector de que ese libro le interesa. Sea especialmente creativo, atento, mime al lector. Pero no olvide que obtener un cliente satisfecho (que luego recomiende el libro) dependerá del 100%
Muy bien, ya ha escrito el libro, ahora compruébelo de cabo a rabo. Haga una copia en papel y léalo palabra por palabra. Corrija. Páseselo a amigos o familiares. Corrija. Pásele el corrector ortográfico y de gramática. Corrija. Se va a hartar de corregir, y al final acabará encontrando más errores. Es inevitable que haya fallos, pero con un concienzudo proceso de corrección, al menos los fallos podrán ser contenidos en un número aceptable.
Ahora que todo está en orden (o al menos, eso parece), el siguiente paso lógico es poner el libro en Amazon. Pero eso NO debe hacerlo todavía. El motivo es que usted, además de escribir el libro, es su propio editor, y debe salvaguardar sus derechos. Así que ahora póngase el gorro de editor y prepárese. No se asuste, ahora es más fácil que nunca y los trámites se pueden hacer sin gran engorro.
Lo primero es obtener el número ISBN. Estrictamente hablando, no es necesario para publicar un libro, pero le recomiendo encarecidamente que lo haga. En la actualidad, el ISBN está gestionado de forma privada por la Federación de Gremios de Editores de España (aunque sobre el papel el Estado retenga la titularidad). Así que toca pasarse por la web agenciaisbn.es y rellenar una solicitud para autor/editor. El proceso es sencillo: mete usted los datos, paga 45 euros, y en un par de días le envían su número ISBN por e-mail.
Siguiente paso: el depósito legal. Imprescindible, porque es un paso exigido por la ley. Vaya usted a su oficina de depósito legal y pida darse de alta en el sistema. A continuación, solicite un número de depósito legal. Es gratuito, y se lo darán enseguida. Cuando tenga el número de depósito legal y el de ISBN, póngalo en su libro electrónico. El mejor sitio es la primera página, justo después de la portada (no incluya la portada, por cierto, porque se sube aparte). Por ejemplo, esta es la información de mi libro:
CUANDO LA CRIPTOGRAFÍA FALLA
© Arturo Quirantes Sierra 2012
ISBN: 978-84-616-2319-8
Depósito legal: GR-3452-2012
Edita: Babylon Multimedia SLU
Lo de “Babylon Multimedia SLU” lo puse porque lo he gestionado por medio de una pequeña SLU (Sociedad Limitada Unipersonal) que tengo a mi nombre. No es necesario, así que si lo hace a título personal limítese a incluir la información de título, autor, ISBN y depósito legal.
El libro ya está oficialmente listo y en orden: toca convertir a formato mobi, que es el que usan los Kindle. Lo mejor es bajarse algún programa para hacer la conversión de formatos. Yo les recomiendo Calibre, gratuito y muy completo. También se puede descargar un emulador de Kindle para su ordenador en esta página. Esto último es especialmente importante, ya que le permitirá saber si el libro se ha formateado bien; que una cosa es lo que se ve en Word o html, y otra lo que aparecerá en la versión mobi definitiva. Si tiene usted también acceso a un Kindle, una tablet, un móvil… instale Kindle en todos y pruébelos en todos. Todo sea por comprobar que su obra ha quedado bien.
Se acerca el momento de poner el libro en las estanterías digitales de Amazon. Pero todavía no. Antes debe usted volver a la oficina del depósito legal para depositar su obra. Deberá usted llevar cuatro copias de su libro electrónico, cada una en un CD. No olvide ponerles una carátula clara donde aparezca el título del libro, el nombre del autor, el ISBN y número del depósito legal.
Y ahora es cuando podrá, por fin, subir su libro a Amazon. Para ello, debe entrar en su cuenta, ir a la sección Biblioteca y adherir un nuevo título. Pasará a una página donde deberá ir rellenando casillas. Primero, lo básico: nombre del libro, idioma, ISBN, derechos de publicación (supondremos que usted es el autor, y por tanto tiene todos los derechos). Después, suba el libro y su portada.
Lo siguiente será decidir cuánto va a ganar. Aquí está una de las particularidades más interesantes del sistema: el precio del libro lo pone usted. No le daré indicaciones ni sugerencias, porque evaluar la propia obra es tarea del autor. Si el precio de su libro va a estar comprendido entre 2,60 y 9,70 euros, podrá optar al 70% de royalties; en otro caso, su porcentaje bajará al 35%.
Puede incluso decidir en qué países se va a vender el libro. Si decide que el mundo es su patio, la opción “derechos en todo el mundo” es la que le conviene. A continuación, decida el precio. En Amazon.com y sus filiales de algunos países, habrá de poner el precio en dólares USA; en los demás, euros, gracias. Y listo, pulse aceptar. Si luego quiere cambiar los datos podrá hacerlo sin problemas.
A partir de ese momento, Amazon tiene hasta 48 horas para revisar su libro (para el mío no tardaron más de doce). Cuando acabe el proceso, el libro pasará de estar “en revisión” a “en línea y disponible para la compra.” Como opción adicional, hay un programa llamado KDP Select, por el que puede ganar algo más a cambio de participar en un programa de préstamo de libros. No sé cómo funciona en la práctica y nunca lo he usado, así que no hablaré de él.
Mientras espera que los millones de lectores se materialicen, hay un último trámite que realizar. Vuelva usted al lugar donde depositó los libros y regístrelo. En efecto, son dos cosas distintas, una cosa es el depósito legal y otra el registro de la propiedad intelectual. Creo que tampoco es un paso estrictamente obligatorio, pero hágame caso y no se lo salte. Le costará unos doce euros, pero es dinero bien gastado por si en el futuro tiene usted problemas de plagio. Mejor prevenir que curar.
Lo curioso es que, a estas alturas, no hay registros digitales oficiales. En la actualidad, estoy en pleitos con la empresa ESINE, a la que acuso de violar mi propiedad intelectual copiando varios Informes que escribí en Internet a finales de los noventa. Recuerdo que el juez me preguntó por qué no había registrado mis escritos. No sé si lo sabrá, pero resulta que entonces no había registros para material digital. Quince años después, sorpresa, sigue sin haberlo. Si quiere usted registrar un libro, tiene que llevar una copia escrita. Pero mi libro es electrónico, le dije a la chica de la oficina. ¿Sabe lo que me dijo? Que tenía que imprimirlo en papel, encuadernarlo en canutillo y llevarle una copia. Ridículo, pero eso es lo que hay, así que hágalo.
Y por fin, el último paso: smile all the way to the bank. En la sección Informes de su cuenta KDP podrá usted ver cuántas copias se han vendido de su libro, en qué dominios (Reino Unido, Japón, España, Amazon.com, etc) y cuánto va a ganar con ello. Todo bien desgranado, para que no haya dudas. Espero que le sea muy rentable, amigo. Pero recuerde que el pago de impuestos corre por su cuenta. Si se le, ejem, olvida tributar por su nuevo libro, procure que la Agencia Tributaria no se entere.
Y poco más puedo decirte. Disfrute (si no, no vale la pena), déle publicidad a su libro, y espero que la experiencia de convertirse en su propio editor le haya sido propicia. Y encima, ganará dinero. Yo tengo la saca a punto. Y recuerde: el mejor libro electrónico jamás escrito le está esperando. No desaproveche la oportunidad, será un regalo inolvidable. Sí, de acuerdo, no tengo abuela, qué le vamos a hacer.
Felices fiestas a todos y mis mejores deseos para un 2013 sin crisis.