sábado, 22 de diciembre de 2012

Cabalgata de Reyes Magos y la huelga en Metro de Madrid, de Soy del Bierzo

Cabalgata de Reyes Magos y la huelga en Metro de Madrid:
Voy en el metro mientras escribo esto desde el móvil (disculpad faltas y construcciones gramaticales extrañas), sentado frente a un grupo de señoras de mediana edad maldiciendo a los trabajadores de Metro de Madrid por querer hacer un paro de 24h el día de la cabalgata de los Reyes Magos… Sus niños seguramente no puedan asistir por vivir alejados del centro, sospecho que en alguno de los barrios que se han quedado sin su propia cabalgata por los recortes del ayuntamiento.
Podría hablar de la lucha de clases, la solidaridad entre obreros, etc… Pero lo que realmente me preocupa es el mantenimiento de estos seres míticos en el imaginario colectivo infantil.
He escuchado el argumento de mantener la ilusión de los niños (aunque este año sus majestades vengan patrocinados por Vodafone, Samsung y otras muchas empresas llevando la mercantilización de estas fechas a nuevas cotas), que si su desarrollo emocional, que si… ¿En serio?
En mi casa descubrí con apenas 5 años que los Reyes Magos eran mis padres, y ni tuve un trauma, ni se acabó la magia… Porque nunca existió dicha inventada magia.
Por el contrario aprendí a valorar el esfuerzo que ellos hacían para satisfacer, en la medida de sus posibilidades, mis peticiones… Porque los juguetes no salían de la nada y cuando “los reyes” no me traían lo esperado (malditos calcetines y jerseys donde debía estar un mádelman) mi vida no se convertía en un drama apocalíptico, ni mis padres recurrían al chantaje emocional de “eso ha sido porque no te has portado lo suficientemente bien este año” o “los reyes saben que puedes estudiar más”.
Cierto que alguna bronca me gané por compartir con mis compañeros de clase mis conocimientos y alguna pelea con ellos (cuando los veo se lo suelo recordar y nos reimos juntos de aquella época), pero la cosa no fue tan mal después de todo ya que aquello puede que fuese el germen de pensamiento crítico y la lucha contra el pensamiento mágico y el “a mi me funciona”.
¿Merece realmente la pena seguir engañando a los niños con unos seres imaginarios que presuntamente recorren en una noche todo el planeta casa por casa repartiendo regalos a los niños que se lo merecen (a los que no, les dejan carbón, dulce hoy en día)?
Ya habrá tiempo para que se den cuenta de que esto es contrario a la lógica y a las leyes de la física, de momento es más sencillo mantenerlos engañados, chantajeados para que sean buenos todo el año y no molestarse en tratarlos con un poco más de respeto y contarles la verdad razonándolo…
Os sorprenderíais viendo la ilusión de un niño pequeño que sabe que recibe los regalos de sus padres, que estos lo hacen por amor y que cuando no hay lo que esperas no es por ser malo, es porque lo recibido es lo justo y lo que, desde su mundana y racional situación, te pueden ofrecer.
Y dejad de felicitaros saturnalia y demás estupideces… Cuanto ateo wannabe anda suelto…

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