Los detractores de la energía solar y eólica (que los hay, la mayoría vinculados a la industria del petróleo) suelen justificar sus posturas refiriéndose a las subvenciones otorgadas a las energías renovables, y ello, sin considerar los costes indirectos (como por ejemplo los relacionados con la salud pública) derivados del consumo de combustibles fósiles.
Si bien es cierto que todas las fuentes de energía han requerido de más o menos subvenciones para su desarrollo, ¿todas estas ayudas han servido por igual?
La energía eólica hace 30 años producía electricidad a un precio de 0,38 dólares/kWh. Ahora se está produciendo a un coste entre 0,04 y 0,06 dólares el kWh y se espera que en un futuro muy cercano baje hasta 0,03 dólares/kWh. Una disminución del precio de nueve veces
y media.
Los paneles solares, hace 30-40 años, costaban unos 100 dólares/W. Los paneles fotovoltaicos en la actualidad se están fabricando a unos precios inferiores a 0,50 dólares/W.
El petróleo, que en 1946 costaba 18,89 dólares el barril, en 2012 cuesta más de 100 dólares el barril. Más de cinco veces el precio inicial. Las subvenciones concedidas al petróleo deberían haber servido para estabilizar su precio en el mercado, sin embargo, el petróleo cada vez es más caro.
Las subvenciones a la energía solar y eólica sí han reducido mucho su precio y han proporcionado suculentos dividendos a los inversores. La eólica se ha situado en una sexta parte de su valor inicial, la solar ha reducido su coste casi 100 veces, mientras que el del petróleo se ha multiplicado por 5.
¿Alguien puede explicar para qué han servido las subvenciones al petróleo?
Vía :: CleanTechnica | Climate Progress
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