viernes, 7 de septiembre de 2012

Nuestros jóvenes se van

Nuestros jóvenes se van:
Hace un par de días observé la enorme cola de gente joven en una calle céntrica de Valencia y la curiosidad me llevó a comprobar que se trataba de una academia de alemán. Acto seguido pensé —poniéndome en la piel de sus padres—, ¿no es una auténtica vergüenza para los dirigentes políticos valencianos que, con el derroche que han llevado en las últimas dos decadas, ahora nos planteemos una huida —Dios sabe si con o sin retorno— hacia otros mundos de nuestra juventud? Estos jóvenes dejan atrás un país que va a la deriva, con la mayor tasa de paro, mayor índice de tasa vegetativa y una clase política que solo vale para asegurarse sus suculentos sueldos. ¡Me dan pena, mucha pena!— Ignacio Justo López.

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