El invento del maligno josé jaiver esparza
Por qué el presidente de RTVE, Alberto Oliart, se niega a informar sobre el coste de una retransmisión? Ocurrió el otro día en el Congreso: la oposición preguntó al venerable a cuánto había ascendido una retransmisión y el venerable calló. ¿Por qué? La historia es llamativa.
El pasado mes de mayo, el canal Teledeporte de TVE ofreció cuatro horas -"que ya son horas-" de un concurso hípico. El concurso en cuestión se celebraba en la afamada Hípica Almenara, propiedad de la familia Bono, en Toledo. O sea, en la Hípica del presidente del Congreso. La aportación de TVE fue completa: sonorización, locutor, cámaras lo habitual en estos casos. Cuatro horas de pruebas de saltos no son ninguna broma: cuestan un dinerillo. Además, en este tipo de retransmisiones, normalmente minoritarias, la cadena ingresa bastante poco por publicidad: el parné se ventila en los anuncios de los patrocinadores en vallas y gradas, y la cantidad que se cobra, que depende siempre de la audiencia prevista, va a parar fundamentalmente al propietario del recinto, que a su vez se arregla, en su caso, con la correspondiente cadena de televisión
No es previsible que los ingresos por esta vía hayan sido sustanciosos para TVE: la prueba de saltos de la Hípica Almenara tuvo una cuota de pantalla casi nula, de entre el 0,1 y el 0,2%. TVE dice que eso fue por la hora de emisión, pero una prueba semejante emitida desde Valencia tuvo un 2,7%. O sea que aquí hay demasiada gente diciendo mentirijillas. A lo mejor por eso Oliart ha preferido no decir nada: para no pecar contra el octavo mandamiento. De hecho, a Oliart le preguntaron también si sabía que esa Hípica era de José Bono y el venerable calló igualmente sobre el espinoso asunto. «Uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios», debió de pensar el presidente de RTVE, siempre tan prudente. Pero el dinero que Oliart cobra por su cargo no es suyo, sino de todos los ciudadanos. El presidente de RTVE tiene que contestar. Y si no lo hace, la sospecha será demasiado voluminosa como para ocultarla bajo la nube de sus silencios.
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