Este artículo va a mostrar en cifras la variación de cinco enfermedades infecciosas para las que existe vacuna en el período 1986-2007 en España. Los datos han sido obtenidos de la base de datos de enfermedades de declaración obligatoria del Instituto Nacional de Estadística español. Para este primer análisis he tomado como enfermedades modelo la gripe, la tos ferina, y las tres que incluye la vacuna triple vírica: sarampión, rubéola y paperas.
La gripe
Evolución del número de afectados de gripe en España en el período 1986-2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística
La gripe es una enfermedad producida por un virus que ocasiona una mortalidad muy variable dependiendo de la cepa que provoque la epidemia estacional. Cada otoño empieza una campaña de vacunación contra las cepas esperadas ese invierno. La vacuna se recomienda a personas mayores de 65 años, que es donde se produce el 95% de la mortalidad de la gripe, así como paciente inmunodeprimidos o que sufran alguna afección respiratoria y/o cardiaca.
En el año 1986 la gripe afectó a 4.555.662 personas bajando especialmente a partir del año 2000. De esta forma en el año 2007 las personas afectadas fueron de 681.988, lo que supone el 15% de los afectados a finales de la década de los 80. Si las tasas de mortalidad se mantuvieron dentro de la media, en el 2007 se produjeron unas 4.000 muertes menos por gripe que las acontecidas en 1986.
La tos ferina
Evolución del número de afectados de tos ferina en España en el período 1986-2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Esta enfermedad está producida por la bacteria Bordetella pertussis que provoca una enfermedad del aparato respiratorio, especialmente de vías altas. Pero si la enfermedad no se detecta en su fase temprana puede complicarse a neumonía y transformarse en una enfermedad muy grave. La tos ferina es considerada una enfermedad de niños de países subdesarrollados, donde provoca una elevada mortalidad, ya que las campañas de vacunación la ha arrinconado en el llamado primer mundo. Sin embargo, muchas personas no vacunan a sus niños, o bien no cumplen el calendario de vacunaciones (se necesitan 3 dosis para la completa inmunización) lo que provoca con frecuencia brotes en países desarrollados. En estos momentos se está produciendo uno de esos brotes en la ciudad de San Diego y suburbios, donde se ya hay 4.500 niños afectados y 9 muertos.
En España se produjeron un total de 55.841 casos de tos ferina en 1986, mientras que sólo se dieron 564 casos en el año 2007, lo que significa un éxito de la campañas de vacunación contra esa enfermedad.
Paperas
Evolución del número de afectados de paperas en España en el período 1986-2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Las paperas o parotiditis es una enfermedad vírica que afecta sobre todo a las glándulas parótidas, que se localizan en la mandíbula, donde producen una típica hinchazón. Las paperas es una enfermedad leve en niños, pero muy seria en adultos porque el virus ataca los testículos y puede producir infertilidad. Pese a su levedad entre el 2-5% de los casos se produce pancreatitis, entre un 20-50% de los casos hay infección testicular, alrededor del 15% acaba en meningitis (una de sus complicaciones más graves) y en 1 de cada 20.000 produce sordera. Tiene una tasa de mortalidad de 1 en cada 10.000 casos.
La vacunación ha disminuido los casos desde los 50.994 en el año 1986 hasta los 1.677 en el año 2003. En ese año empezó a repuntar la enfermedad y en el año 2007 se produjeron 10.343 casos. Esta subida se da en jóvenes que no reciben la tercera dosis de vacuna, que se ha de suministrar a los 11-12 años, ya que la vacuna triple vírica no produce inmunidad para las paperas de por vida si no se recibe esa tercera dosis. Olvidar esa dosis pone en peligro al paciente de contraer la enfermedad en la etapa fértil.
Sarampión
Evolución del número de afectados de sarampión en España en el período 1986-2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
El sarampión es una enfermedad vírica que afectan fundamentalmente a niños de corta edad. Se caracteriza por un exantema cutáneo (manchas de color rojizo en la piel) y fiebre muy elevada, cercana o ligeramente superior a los 40ºC. En algunos casos se produce inflamación pulmonar o cerebral. La tasa de mortalidad del sarampión es de 1 por cada 1.000 casos en países desarrollados, de un 10% en países subdesarrollados y del 30% en personas inmunodeprimidas. Desde que se iniciaron las campañas de vacunación el número de muertes a nivel mundial se han reducido de 873.000 a 345.000. En África y Pacífico Occidental es donde se producen el mayor número de casos y de fallecimientos a nivel global. A partir de las campañas de vacunación esas cifras han disminuido tremendamente. Según la OMS el número de afectados en África en 1980 fueron de 1.240.993 mientras que en 2005 se dieron 316.224. El número de fallecimiento también bajó de forma considerable, un 75% en cinco años, y eso a pesar de que los indicadores socio-económicos y sanitarios de los países afectados no han mejorado significativamente. En la zona del Pacífico Occidental la vacunación ha supuesto una disminución desde los 1.319.640 casos en 1980 a los 128.016 del 2005.
La rubéola
Evolución del número de afectados de rubeola en España en el período 1986-2007. Fuente: Instituto Nacional de Estadística
La rubéola es una enfermedad vírica que produce ligera fiebre y unos ligeros exantemas cutáneos. En la mayoría de los casos, y cuando afecta a niños, la enfermedad es leve. Solamente en 1 de cada 1.000 casos se produce una sobreinfección bacteriana que puede producir neumonía o meningitis. Pese a lo leve que es la rubéola para los niños, esta enfermedad es grave en mujeres embarazadas. Una mujer en las 20 primeras semanas de gestación que entre en contacto con una persona enferma de rubéola tiene un 90% de posibilidades de contagiarse y un 40-70% de probabilidades de pasar la infección al feto. Esto produce más de un 20% de abortos espontáneos y una probabilidad cercana al 60% de provocar malformaciones al feto. Las mujeres con más de 20 semanas de gestación tienen muy pocas posibilidades de sufrir efectos secundarios por el virus, y las mujeres vacunadas no tienen prácticamente ninguna posibilidad de sufrir ninguna complicación. La agencia de la salud de EEUU calcula que si la población sigue vacunándose al ritmo actual la rubéola podría ser erradicada de ese país este mismo año.
Ya, ¿y los efectos secundarios de las vacunas?
Alguien puede decir que hago trampa por presentar sólo las bondades de las vacunas y omito los efectos secundarios. Bueno, en primer lugar he decir que esas bondades no son reconocidas por muchos. A pesar del peso y la contundencia de esos datos muchos siguen pensando que las vacunas no suponen ningún beneficio. En segundo lugar, no me voy a callar los efectos secundarios, simplemente voy a comparar algunos de los datos que he encontrado en diferentes agencias que hacen públicas las estadísticas como el INE, la OMS o UNICEF. Hay que tener en cuenta que las agencias sanitarias siguen haciendo un seguimiento de los efectos secundarios (que son de declaración obligatoria) y reportando todos los casos a las autoridades. Y este seguimiento se hace tanto a corto, medio como largo plazo. En la actualidad contamos en nuestra sociedad con el mayor número de ancianos de la historia, elevándose la esperanza de vida la mayoría de los países de nuestro planeta. La mayoría de esas personas han sido vacunadas contra multitud de enfermedades: poliomielitis, viruela, tuberculosis, tétanos, tifus, difteria, cólera, etc, y los efectos secundarios de las mismas a largo plazo se han mostrado como despreciables.
La vacuna triple vírica ha de suministrarse en dos dosis para ser eficaz, la primera al año de edad del niño, la segunda a los 4-5 años. La vacuna de las paperas requiere una dosis de refuerzo a los 11-12 años de edad, de no suministrarse se entra en el peligro de verse expuesto a la enfermedad en la etapa fértil (ese el motivo del pequeño repunte observado en España a finales de la década 2000-2010).
Se han suministrado 500 millones de dosis de la vacuna a nivel mundial, lo que según UNICEF ha supuesto salvar 1.4 millones de vidas de niños en el mundo. En EEUU se han dispensado 52 millones de dosis lo que ha evitado unos 17.400 casos de retraso mental y 5.200 muertes debidas a las enfermedades prevenidas por la vacuna.
Como contrapartida la vacuna triple vírica tiene efectos secundarios. En un 10% de casos produce una ligera fiebre y decaimiento general que pasa en dos o tres días, en un 5% se produce un ligero dolor en el lugar de la inyección. Los efectos secundarios más graves denunciados han sido autismo y convulsiones febriles. Los casos de autismo se han demostrado como falsos, al reconocerlos el autor del artículo publicado en Lancet. Falseó y exageró los resultados. Los casos de convulsiones por fiebres son ciertos. Se producen por una respuesta exagerada del sistema inmune y de dan en 4 de cada 10.000 vacunados. En la inmensa mayoría de los casos hay una recuperación total tras la administración de paracetamol u otro antipirético. Se producen casos más graves en un 1% de ese 4 por 10.000. Un problema asociado a esta vacuna, como en todas aquellas que emplea huevo en su fabricación es la posible alergia a éste por parte del paciente. Por ello es importante realizar las pruebas de alergia antes de la vacunación (cosa que se efectúa en los niños que siguen control pediátrico).
La vacuna contra la gripe estacional provoca dolor y enrojecimiento en la zona de administración en el 20% de los casos, pero sólo produce fiebre débil en el 1-2% de ellos. Se han reportados casos de anafilaxis por alergia al huevo a algún otro de sus componentes y en 1-2 de cada millón de pacientes se produce el Síndrome de Guillain-Barré (GBS) que es un transtorno neurológico grave como consecuencia de una respuesta autoinmune severa, en la que el sistema inmune ataca los nervios del paciente. Este síndrome también se produce como efecto secundario de la infección por el virus de la gripe, por lo que parece que la responsabilidad recae en la exposición al propio virus, más que en algún otro componente de la vacuna.
La vacuna contra la tos ferina forma parte de una vacuna más compleja constituida por una vacuna de triple acción contra el tétanos, la tos ferina y la difteria, llamada DTPc. Esta vacuna se administra a niños menores de 2 años. Posee un 80-90% de efectividad entre los vacunados. Es una de las vacunas más polémicas y más atacada por los grupos anti-vacuna. Sus efectos secundarios son de dolor en la zona de inyección y ligera fiebre en el 1% de los casos y convulsiones, letargia y alergia en 1 de cada 10.000. Tras las denuncias de grupos anti-vacuna se llevaron a cabo estudios que demostraron estadísticamente que no hay relación entre la DTPc y los casos de muerte súbita o lesión cerebral en bebés. Algunos países retiraron la vacuna por las presiones sociales, pero han tenido que volverla a introducir debido a que se han producido serios brotes de tos ferina en las zonas donde se ha dejado de vacunar.
Artículo que responde a ¿Qué sugieren estas cifras?
El autor de este artículo es doctor en biología, especialidad microbiología y recién diplomado en homeopatía en esta universidad
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