lunes, 28 de enero de 2013

Subrayados/ El fin de la lectura. Andrés Neuman

Subrayados/ El fin de la lectura. Andrés Neuman:
andres neuman
Andrés Neuman
La teoría de los subrayados, como siempre, aquí. La práctica, a continuación:
(Antes: El fin de la lectura es una antología de relatos agrupados bajo cinco epígrafes diferentes: Amantes aparentes, Morir bien, En familia, Qué es un héroe y El fin de la lectura. Es de esperar que cada subrayado pueda fácilmente adscribirse a -al menos- uno de ellos.)
- “Fin es una palabra estremecedoramente sintética, a la vez que polifónica. El fin de la lectura es el tiempo mismo, que nos devora y olvida. Ese fin también lo pregona nuestra época, tan inclinada a los falsos apocalipsis, mientras nuevos autores y editoriales rejuvenecen la anciana palabra escrita. Por fortuna, la lectura tiene también el fin de encontrar al lector , lo que supone su mejor comienzo. Gracias.”
- “Los años suelen pasar antes de que uno haya pensado si convenía o no que pasaran, y cuando ya no están ahí, no queda más remedio que convencerse de que era necesario que se fuesen tan rápido.”
- “La civilización entera quedó temblando al aire, igual que ropa limpia.”
- “Le pareció que era innoble morir así, con los ojos cerrados, que su mirada final merecía ser al menos vengativa, quiso abrirlos, no lo hizo, se quedó inmóvil, pensó en gritar algo, en insultar a alguien, buscó un par de palabras hirientes y oportunas, no le salieron, qué muerte más torpe, pensó, y de inmediato: ¿Nos habrán engañado?, ¿no morirá así todo el mundo, como puede?
- “Eso pensó Moyano: que solía invocarse, quizá cobardemente, el supuesto peligro de realizar nuestros deseos, y solía omitirse la posibilidad siniestra de consumar nuestros temores.”
- “Y yo pude decir al fin, por una vez en esta puta vida, que la quería sin contemplaciones y daba igual el resto, incluso la respuesta.”
- “y había algo más urgente que la belleza, (…) y había una violenta dulzura en aquella otra manera de sentirme hombre.”
el fin de la lectura- “Yo supe claramente que me hablaba y que aceptaba mi lenguaje. Lo abracé emocionado y le dije mi primera frase de padre, esa que pronunciaré dentro de algunos años cuando haya concebido al hijo que ya tuve y aún no tengo. Conservo todavía un tenue jirón de caricia en mi mentón barbado.”
- “Por mucho que un hijo recompense a sus padres, siempre habrá una deuda temblando de frío.”
- “Silenciosos en sus plantas superiores, los hospitales son lo más parecido a una catedral que podemos pisar los descreídos.”
- “Detesto a los que insisten en que es mejor quemarse que marchitarse. Es mejor marchitarse poco a poco. No aprecio esa veneración estúpida por los héroes difuntos. Yo venero a la gente que sobrevive. Me quedo, por supuesto, con los vivos.”
- “Acostumbrarse al frío se parece a la resignación”.
- “No huelga recordar que la torpeza puede, en ocasiones, ser fruto de un exceso de simetría.”
- “Con las demás mujeres, el sexo era apenas sexo. Desde que conocí a (sor) Juana todas mis amantes esporádicas, y muy especialmente las progresistas, me parecían tibias, previsibles, de una normalidad desesperante. Lo que hacíamos juntos no era terrible, ni atroz, ni imperdonable. Al ser tocado por el otro, ninguno de los dos perdía sus principios.”
- “-Lo único que quiero es que me quieras -dijo él.
Ruth pestañeó varias veces. Se frotó los ojos con ambas manos, como intentando limpiarse todo el viento húmedo que la había golpeado aquella tarde.
-Es la respuesta más terrible que podías haberme dado -dijo Ruth.”
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