Es lo que ha confirmado un grupo internacional de investigadores, cuyos resultados publican en la revista Nature Genetics.
L y J son muy frecuentes en el este de Asia, tal y como señala Bryan Ballif, de la Universidad de Vermont (EEUU):
Se estima que más de 50.000 japoneses sean Junior negativo, y esto puede traer problemas de incompatibilidad del feto con la madre, o a la hora de realizar transfusiones sanguíneas.
Este descubrimiento tendrá numerosas aplicaciones médicas, no solo en el ámbito de las transfusiones o los trasplantes de órganos, sino también en el desarrollo de terapias contra el cáncer: estas nuevas moléculas están asociadas con el desarrollo de resistencias a los fármacos contra el cáncer, lo que permitirá mejorar la eficacia de los tratamientos.
Muchas personas podrían tener alguno de estos dos tipos de sangre, Langereis o Junior positivo o negativo, sin saberlo. Ello podría implicar la diferencia entre la vida y la muerte pudiera ser ahora identificado con un simple exámen.
Vía | Noticias24Salud
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